El caso que le ocupa es de lo más delicado: el cadáver de un ministro es hallado en su domicilio. La víctima había sido profesor universitario antes de entrar en la política. La primera idea que llega a la mente de Jaritos y sus ayudantes es la de un atentado terrorista. Pero eso cambia cuando se publica un comunicado donde se acusa al fallecido de haber traicionado a sus alumnos cuando abandonó la docencia para ser diputado y posteriormente ministro. Al mismo tiempo, el autor del comunicado dedica el crimen a la memoria de célebres académicos griegos de mediados del siglo XX.
Al margen de lo espinoso del asunto y a raíz de la ausencia de su antiguo superior, Jaritos se ve obligado a poner al día de los avances del caso tanto a sus nuevos superiores como al propio ministro del Interior, y al mismo tiempo lidiar con los medios de comunicación. Luchar en tantos frentes no será tarea fácil.
En lo personal, el protagonista también atravesará algún que otro cambio: su hija les anuncia a él y a su esposa que pronto serán abuelos. Ese anuncio estará presente en la mente del comisario durante gran parte del relato.
En esta novela, Márkaris nos ofrece un thriller psicológico y una historia tan recomendable como las anteriores, aunque muy bien podría marcar un punto de inflexión en la trayectoria del protagonista.
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