En su octava novela Juan Gómez-Jurado nos presenta a una peculiar pareja protagonista: el inspector de policía Jon Gutiérrez y la misteriosa a la par que brillante Antonia Scott. Todo comienza cuando Jon es suspendido de empleo y sueldo tras haber colocado pruebas falsas en el maletero del coche de un proxeneta. Será a raíz de ese suceso cuando un enigmático personaje apodado Mentor solicite su ayuda a cambio de borrar esa mancha de su expediente. Su misión será acompañar y proteger a Antonia Scott durante la investigación de una serie de crímenes. Por su parte, Antonia es una mujer con una mente prodigiosa a la que Mentor reclutó para el proyecto Reina Roja, cuyo propósito es investigar asuntos que involucran a las personas más poderosas e influyentes manteniéndose siempre al margen de los cauces oficiales.
El primer caso de la pareja los lleva a una urbanización de lujo donde se ha encontrado el cadáver de un joven. La víctima resulta ser el heredero de la mayor fortuna del país. Con tan solo un vistazo a la escena y en apenas unos minutos Antonia deduce que el crimen fue cometido en otro lugar y el cadáver abandonado allí a posteriori. Poco después Mentor les asigna un segundo caso: una joven, también heredera de una gran fortuna, desaparece mientras se trasladaba desde La Coruña a Madrid. Antonia no duda de que ambos casos están relacionados y alberga esperanzas de hallar a la joven con vida. Por desgracia, las familias de las víctimas se muestran reacias a cooperar con los protagonistas, y la policía tampoco verá con buenos ojos su intromisión en la investigación.
Tras El paciente y Cicatriz, Juan Gómez-Jurado nos ofrece por primera vez un thriller psicológico ambientado en España y en la actualidad.