Semanas más tarde tendrá lugar en Jerez un segundo crimen con características muy similares. La víctima es una costurera que trabajaba en casa de otra familia noble y al parecer fue atacada mientras volvía a su casa de noche. El acusado es un mendigo y fue identificado tras haber vendido una joya que la víctima siempre llevaba consigo. Sin embargo, los dos crímenes tienen algo más en común: en ambos casos se encontró cerca del cadáver una moneda de plata. Eso lleva a Pedro a pensar ambos crímenes son obra del mismo autor. Tras una ardua investigación, el abogado concluye que el asesino sigue un patrón a la hora de escoger a sus víctimas. Pero su teoría no será vista con buenos ojos por las autoridades locales, ya que darle credibilidad supondría admitir que el primer defendido de Pedro era inocente y por lo tanto condenado injustamente.
Una vez más Juan Pedro Cosano combina hábilmente la novela histórica y el thriller legal con excelentes resultados. Por fortuna para los seguidores de Pedro de Alemán, el autor ha admitido su intención de dar una cuarta entrega a esta adictiva serie.