Publicada diez años después del inicio de la serie, El manuscrito de fuego es la tercera novela protagonizada por Fernando de Rojas. El que antaño fuera un joven estudiante de leyes en Salamanca convertido en detective es ahora un padre de familia afincado en Talavera de la Reina que supera la cincuentena y autor de un libro muy popular: Tragicomedia de Calisto y Melibea, más conocido como La Celestina.
Si en la entrega anterior el protagonista asumía el puesto de pesquisidor real a petición de Isabel la Católica, en esta ocasión será su nieta, Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, quien requiera sus servicios. Su misión será encontrar a los asesinos de don Francés de Zúñiga, alias Francesillo, bufón del soberano. El fallecido fue víctima de un asalto por un grupo de hombres armados mientras volvía a su casa de noche. Aunque sobrevivió al encuentro, murió días después a consecuencia de las heridas recibidas.
Rojas se desplazará a Medina del Campo y de allí a Béjar, donde don Francés ostentaba el cargo de Alguacil Mayor. Su viuda le revela que el difunto le pidió que a su muerte contactara con cierto catedrático del Estudio salmantino. De este modo, Rojas deberá volver a la ciudad del Tormes una vez más para esclarecer el crimen que le ocupa.
Coincidiendo con el octavo centenario de la Universidad de Salamanca, Luis García Jambrina recupera a su personaje más popular en un contexto diferente al de sus dos primeras aventuras pero sin duda igual de recomendable.