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Escrita en 2011, esta novela es la primera de la serie protagonizada por John Puller, agente especial de la División de Investigación Criminal (CID) del Ejército estadounidense. La historia comienza con el hallazgo de los cadáveres de los cuatro miembros de una familia en la casa donde se encontraban pasando sus vacaciones. El padre era un coronel del Ejército que trabajaba para la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA).
Puller llega al lugar de los hechos y lo encuentra sin vigilancia en plena noche, así que comunica su llegada y el estado de la situación a la policía local y entra en la casa donde se hallaron los cuerpos. Los cadáveres continúan tal y como se encontraron: los cuatro juntos en el salón, sentados en un sofá. A primera vista ambos progenitores recibieron disparos de escopeta, pero no hay restos o salpicaduras de sangre en la habitación. Puller deduce que los mataron en otro lugar y trasladaron allí los cuerpos, de modo que registra el resto de la casa y descubre que los disparos se efectuaron en el sótano, donde también halla el cadáver del agente de policía que debía vigilar la casa. Todo apunta a que los asesinos volvieron al lugar de los hechos después de que la policía local procesara la escena del crimen, mataron al agente y se llevaron su vehículo.
Cuando la policía local llega, Puller les comunica su descubrimiento y comienzan a llamar a todas las puertas del vecindario en busca de pistas. La única casa en la que no obtienen respuesta es la situada frente al lugar de los hechos, a pesar de que hay tres vehículos aparcados en su puerta, de modo que Puller se asoma al interior y descubre dos cadáveres más. ¿Estarán ambos crímenes relacionados?Día cero es un thriller muy intenso, en la línea de otras novelas de David Baldacci. Quienes ya lo conozcan disfrutarán con las aventuras de John Puller, que ya ha protagonizado tres novelas, aunque solo la primera ha visto la luz en España. Para el resto, el propio Puller establece una comparación con la serie de televisión NCIS: ya le gustaría a él resolver los crímenes en sesenta minutos cada semana.