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Antes de que pueda averiguar el origen del dinero, la periodista cuya insinuación motivó el segundo registro aparece asesinada. Al parecer, alguien la atravesó con un objeto punzante mientras se preparaba para salir en directo por TV. En el registro de su domicilio Jaritos hallará una nota de amenaza entre sus pertenencias, pero ningún documento comprometedor que pueda constituir el móvil del crimen. Poco después, una segunda periodista del mismo medio de comunicación aparece muerta, esta vez estrangulada con un alambre, lo que a juicio de Jaritos descarta que se trate de un asesino en serie y le lleva a pensar que se trata de un compañero de profesión de las víctimas.
Hasta ahora había leído otras dos entregas de esta serie, pero no la primera. Quizás por ello un aspecto que ha llamado mi atención es que se refieren a Jaritos como teniente en lugar de comisario, a su superior como general y a su subordinado como cabo. Por lo demás, una historia muy en la línea de este personaje, fiel a su instinto en lo profesional y con una vida familiar tan estresante como su oficio.