Escrita en 2010 e inédita en España hasta 2016, esta novela es la primera de la serie protagonizada por el psicólogo criminalista Sebastian Bergman, serie que a día de hoy cuenta con cinco entregas. La acción transcurre en la ciudad sueca de Västerås y comienza con la desaparición de un joven de dieciséis años cuyo cadáver aparece días después en una ciénaga. El cuerpo presenta múltiples heridas de arma blanca, pero hay algo más: el asesino ha extraído el corazón de la víctima, lo que apunta a un asesinato ritual. Es por eso que la policía local solicita la intervención de la Unidad Nacional de Homicidios, que se traslada desde Estocolmo al lugar de los hechos.
Paralelamente, el psicólogo Sebastian Bergman, que años atrás había colaborado como asesor con la Unidad de Homicidios, se desplaza a la misma localidad, pero con un fin totalmente distinto: vender la casa de su familia tras el reciente fallecimiento de su madre. Sin embargo, algo le moverá a pedir a sus antiguos compañeros permitirle colaborar en la investigación del crimen que les ocupa.
Siempre he dicho que las comparaciones rara vez son acertadas, pero lo cierto es que durante la lectura de la novela no he podido evitar acordarme de la serie televisiva House M. D. Como su protagonista, Sebastian Bergman es un personaje egocéntrico para el que los casos que investiga son solamente una forma de demostrar sus habilidades. Y al mismo tiempo padece una adicción, pero no precisamente a los calmantes. En cualquier caso, estamos ante un thriller psicológico intenso cuyo final deja al lector con ganas de ir a por la siguiente entrega de la serie.