Tercera aventura de Lorenzo Falcó, agente secreto al servicio del bando nacional durante la Guerra Civil. Como ya ocurriera en la anterior entrega de su serie (Eva), el protagonista tiene una misión que cumplir fuera de España. Esta vez se traslada a París con el fin de sabotear la pintura en la que Pablo Picasso está trabajando a petición del gobierno republicano. Su misión consistirá en impedir a toda costa que la obra, el Guernica, llegue a exhibirse en la Exposición Universal celebrada en aquella ciudad en 1937.
Pero eso no es todo. El superior de Falcó (al que sus subordinados apodan el Jabalí) le encomienda una misión adicional: arruinar la reputación de un aviador francés simpatizante del bando republicano. Para ello, Falcó se hará pasar por un industrial tabacalero residente en La Habana que llega a París para adquirir una pintura de Picasso. Al mismo tiempo trabará amistad con el sujeto al que debe difamar fingiendo estar interesado en financiar la producción de una película. No será una misión fácil. Por un lado, Falcó corre el riesgo de ser reconocido, pues ha operado en el pasado en París bajo otras identidades. Por otro, frecuentar la compañía de sus objetivos despertará las sospechas de agentes de uno y otro bando.
En Sabotaje nos encontramos a un Lorenzo Falcó que no ha perdido facultades a lo largo de una serie anunciada como trilogía, aunque Arturo Pérez-Reverte no descarta recuperar a este personaje en el futuro.
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