Escrita en 1998, La marca del asesino es la segunda novela de Daniel Silva. Comienza con un suceso singular: el derribo de un vuelo de pasajeros en Florida. El responsable habría sido un hombre de origen palestino que disparó un misil tierra-aire desde un bote. Sin embargo, el sujeto en cuestión fue hallado muerto tras haber recibido tres disparos a corta distancia en pleno rostro.
Múltiples organizaciones terroristas reivindican el atentado, pero la identidad del autor lleva a la CIA a atribuirlo al grupo conocido como La Espada de Gaza, dedicado al sabotaje del proceso de paz entre israelíes y palestinos. El agente Michael Osbourne, uno de los más versados en el grupo en cuestión, investigará el suceso. Pero su interés en el caso es doble, porque reconoce el modus operandi del asesino del terrorista: tiene la convicción de que se trata del mismo hombre que asesinó a la que fuera su amante años atrás.
Por otro lado, el atentado se ha cometido sospechosamente poco antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, y la contundente respuesta militar por parte del presidente en ejercicio le valdrá la reelección a pesar de que la encuestas vaticinaban lo contrario. Ese detalle llamará la atención de una periodista, amiga íntima de la esposa de Osbourne, que sospecha que el lobby armamentístico se encuentra detrás de todo.
En La marca del asesino Daniel Silva nos ofrece un intenso thriller con elementos de novela de espías y teoría de la conspiración. Aunque se trate de su segunda novela, la trama es totalmente independiente de la anterior, lo que nos deja sin excusas para no disfrutar con su lectura.
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