Al poco tiempo de haber cerrado el caso, uno de los miembros del equipo juvenil de fútbol al que Strange y Quinn entrenan fallece durante un tiroteo cuando volvía a su casa en compañía de su tío, quien como más tarde se descubrirá, tenía deudas con un narcotraficante. Strange no puede evitar sentirse culpable de la tragedia por no haber acompañado en persona al joven a su casa y se propone hallar a los responsables.
Por si eso fuera poco, Jennifer se escapa nuevamente de su casa y Quinn decide volver al lugar donde la encontró días atrás y encararse con su chulo para zanjar el asunto definitivamente.
Esta ha sido la primera novela de Pelecanos que ha caído en mis manos. Aunque la historia abarca dos tramas superpuestas, su lectura resulta intensa. Abundan las referencias a los hechos que llevaron a la pareja protagonista a encontrarse en la primera entrega de la serie, pero no por ello deja de ser una lectura recomendable.
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