Ambientada en la ficticia localidad de Breda, esta novela es la quinta entrega de la serie protagonizada por el detective privado Ricardo Cupido. En esta ocasión su cliente es Mistralia, una importante empresa del sector de las energías renovables. Todo comienza con el hallazgo del cadáver de una mujer colgando de uno de los aerogeneradores que Mistralia ha instalado en las inmediaciones de Breda (supuestamente localizada en Extremadura). La víctima resulta ser una ingeniera que trabajaba para dicha empresa, lo que explica que tuviera acceso al recinto y a la torre del aerogenerador. A simple vista todo apunta a un suicidio, pero el examen del cadáver revela que la víctima había sido golpeada contundentemente poco antes de morir, por lo que la policía no descarta ninguna hipótesis.
Mistralia contrata los servicios de Cupido para aclarar los hechos, ya que la noticia afecta negativamente a la imagen de la empresa y por ende a sus intereses. El detective se desplaza a Madrid para entrevistarse con el jefe de la fallecida, con su expareja y con su padrastro y único familiar vivo. Tales encuentros le reportarán algunos datos interesantes: en primer lugar, la ingeniera tenía previsto volver en breve a Madrid a pasar un fin de semana, lo que juega en contra de la hipótesis del suicidio. En segundo lugar, su trabajo incluía convencer a los propietarios de los terrenos aledaños al parque eólico de vender sus tierras para ampliar el mismo. Todos habían aceptado su oferta, salvo una pareja que se opone al proyecto alegando que los aerogeneradores suponen un peligro para las aves.
Eugenio Fuentes nos ofrece en Mistralia un oscuro relato aderezado con la controversia frecuentemente planteada entre la expansión de las energías renovables y su impacto en la denominada España vaciada.
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