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Al inicio del relato, el Tribunal Supremo de California acaba de revocar la condena por la que un hombre ha pasado más de dos décadas en prisión por el secuestro y asesinato de una niña de doce años. En el momento en que fue condenado, en 1986, el ADN no era una prueba admisible. El caso se sustentaba en el testimonio de la hermana de la víctima, que identificó al reo como el secuestrador, y en el hallazgo de cabellos de la víctima en su vehículo. Posteriormente el análisis de las pruebas revela que en la ropa de la víctima había restos de semen cuyo ADN no corresponde al sujeto en cuestión, así que el caso es devuelto a la Fiscalía.
El Fiscal del distrito de Los Ángeles pide al abogado defensor Mickey Haller que de forma excepcional ejerza como fiscal en el nuevo juicio, y Haller acepta con dos condiciones: que su asistente sea su ex mujer y madre de su hija, la ayudante del Fiscal Maggie McPherson, y su investigador su hermanastro, el detective Harry Bosch. Además, contra los deseos del Fiscal del distrito, Haller accede a que el acusado quede en libertad sin fianza, pero al mismo tiempo hará que la policía lo mantenga vigilado día y noche. Así es como Bosch descubre que el sujeto pasa las noches al raso, en lugares aislados donde enciende velas, lo que le hace suponer que la niña fallecida en 1986 no es su única víctima.
El hecho de que la historia reúna a dos personajes no supondrá un obstáculo para disfrutar de ella. Sólo cabe mencionar que las abundantes alusiones a los hechos acontecidos en Nueve dragones hacen aconsejable su lectura previa.
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