Segunda entrega de la serie protagonizada por la periodista Magda Ventura. La historia comienza en Barcelona con la protagonista visitando la sede de unos laboratorios farmacéuticos. De cara a la galería aparenta trabajar en un artículo sobre los ensayos de nuevos fármacos, pero eso no es más que una fachada. En realidad investiga la muerte de un joven que se prestó a participar en un ensayo clínico y que falleció en un accidente de automóvil precisamente cuando volvía a su casa desde el mismo laboratorio. Fue la madre del fallecido quien contactó con la periodista, ya que el joven le había expresado varias veces encontrarse mal desde que se le administró el fármaco objeto del ensayo. Para colmo, el cadáver resultó calcinado y no se realizó autopsia, de modo que no hay pruebas que relacionen el suceso con el ensayo.
Por si esclarecer una muerte en semejantes circunstancias no fuera complicado, Magda tropieza con un suceso igual de sorprendente: una exmilitar, a quien Magda conoció en persona años atrás, ha asesinado a tiros a un antiguo superior. Lo extraño del caso es que posteriormente se entregó y desde ese momento se ha negado a hacer ningún tipo de declaración. Incluso rechaza hablar con su abogado de oficio. Magda apelará a la amistad que trabaron en el pasado para tratar de entender los motivos de sus actos.
En esta novela Jordi Sierra i Fabra construye un genial relato hilando con habilidad tres tramas: una muerte por esclarecer, un asesinato y un drama personal que trae de cabeza a la protagonista y a la vez le da fuerzas para no decaer en la ardua tarea de desenterrar la verdad en ambos casos.