Pero las desgracias nunca vienen solas. Por las mismas fechas se producen en la capital italiana una serie de asesinatos en los que los cuerpos de las víctimas son encontrados imitando obras de arte religioso. Todo apunta a que el autor es un imitador del asesino conocido como El Artista. Es por ello que la policía local solicita la colaboración del criminólogo Javier Sanjuán, cuya ayuda fue fundamental en la resolución de aquel caso.
En su segunda obra en colaboración, los autores recuperan a muchos de los personajes de su ópera prima, cuya lectura previa es aconsejable (si no imprescindible) para un completo disfrute de este nuevo thriller, tan recomendable como su predecesor.