
Si en sus novelas más populares Lorenzo Silva acostumbra a desplazar a los protagonistas a una localización diferente en cada aventura (véase
serie Bevilacqua y Chamorro), en esta novela nos traslada a un lugar y momento indeterminados: en ella no encontramos referencias temporales ni geográficas. Ni siquiera se nos revela el nombre real de su protagonista y a la vez narrador. Todo lo que sabemos es que adoptó el apodo "
Púa" años atrás, cuando ejerció como agente para una organización a la que se refiere como "
la Compañía". Al principio del relato nos lo encontramos regentando su propia librería y llevando una vida más o menos tranquila. Pero eso cambia cuando recibe un mensaje de un viejo amigo y camarada. Se trata de un mensaje corto pero expresivo: "
Púa, soy yo. Me queda poco. Te necesito". Intrigado, el protagonista acude a la llamada de su antiguo compañero, que en su lecho de muerte le formulará una singular petición. De este modo acompañaremos a Púa en una singular misión en la que tendrá que poner en práctica todo lo aprendido durante su adiestramiento una vez más.
Paralelamente, en capítulos alternos, el autor nos irá poniendo en antecedentes sobre el origen de Púa, incluyendo cómo llegó a ser el hombre que es y por qué abandonó en un momento dado esa vida por otra más modesta pero menos agitada. En este aspecto cabe destacar la maestría con la que cada capítulo finaliza en un momento que deja al lector con ganas de saber más mientras se alterna el punto de vista narrativo.
En conclusión, Púa es un thriller donde asistiremos a un relato de intriga sin dejar de lado ese punto de reflexión sobre la condición humana que caracteriza a las novelas de Lorenzo Silva.
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