sábado, 20 de noviembre de 2021

Fuego nocturno (Michael Connelly)

Como ya hizo en su novela anterior (Noche sagrada), Michael Connelly vuelve a reunir a su personaje más veterano con el más reciente. Al comienzo del relato, el detective retirado Harry Bosch acude al funeral de un antiguo compañero y a la vez mentor en la policía de Los Ángeles. Al dar el pésame a su viuda, ésta le comunica que ha hallado en el despacho del difunto el expediente de un viejo caso que nunca resolvió. Intrigado, Bosch lo examina y descubre que se trata de un caso de asesinato. La víctima fue hallada en su coche y murió a consecuencia de un disparo en la cabeza. Todo apunta a una ejecución, pero Bosch sabe que sin pruebas nuevas la policía no reabrirá el caso. Por eso solicita la ayuda de la detective Renée Ballard, con quien ya ha colaborado en el pasado.

Por su parte, Ballard se encuentra en una situación delicada: durante su turno, un hombre que vivía en una tienda de campaña muere durante un incendio. En un principio, el departamento de bomberos lo considera un accidente, pero la detective realiza indagaciones que apuntan a un asesinato. El resultado es que el suceso pasa a ser competencia del Departamento de Robos y Homicidios, lo que la deja fuera del caso. Ballard tendrá que luchar con sus superiores para poder formar parte de la investigación. Y no despreciará la ayuda de Bosch a cambio de la suya.

En Fuego nocturno el autor recurre nuevamente a la fórmula de combinar a un policía retirado con otro en activo colaborando en la resolución de dos casos. Suele decirse que no hay dos sin tres, y no creo que estemos ante una excepción.

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